Comunidades
lectoras: De la promoción de la lectura para el desarrollo
Responsable:
M. en C. Sabina Garbus Fradkin
sgarbus@uaq.mx
Colaborador(es): Lic. Susana Cano Muñoz, Lic.
Gabriela Calderón Guerrero, Mtra. Martha Beatriz Soto Martínez
y Lic. Itatí Nosa
Registro: FPS-2004-10
Tipo de Investigación: Aplicada
Objetivo: La idea es elaborar modelos de intervención
activa desde el conocimiento frente a las problemáticas sociales
de marginalidad y exclusión urbana y rural como la pobreza, el
desempleo y el empleo precario, la discriminación de todo tipo,
la desigualdad educativa, entre otras.
Resumen: La historia de la humanidad demuestra que los pueblos
que lograron materializar la comunicación oral en textos escritos,
denotan mayor capacidad de abstracción y esto ha dado lugar a
sociedades cognitivamente más desarrolladas.
Entendemos que en una sociedad letrada, dejar fuera del lenguaje escrito
a una porción de la población, excluirla de la posibilidad
de compartir las manifestaciones culturales de su entorno. Por lo tanto,
programas de promoción de la lectura pasan a ser necesidades
de primer orden que deben ser atendidas sin postergaciones.
Dado que nuestra región denota un evidente menor grado de desarrollo
relativo y que la escuela en esta misma región no ha logrado
todavía cubrir esas necesidades educativas en su totalidad, la
formación de sujetos con pensamiento crítico, capacidad
de análisis y apertura a fuentes de conocimiento como alternativa
posibilitadora del cambio social que se anhela, debe ser abordada por
quienes tengan la capacidad y posibilidad de enfrentar este reto.
Las familias más desfavorecidas, por lo general, son aquellas
que se encuentran en zonas marginadas y/o en comunidades alejadas de
la zona urbana, por lo que es necesario abordar la tarea de promoción
de la lectura principalmente en este sector de población.
Como contrapartida, partimos de la certeza de que una de las funciones
centrales de la universidad pública es la apertura solidaria
a los más amplios sectores sociales. Esto nos permitirá
reafirmar la responsabilidad social y ética de la universidad,
potenciando así la formación de valores solidarios, mediación
e intervención activa del conocimiento frente a las necesidades
sociales de los sectores vulnerables.
La idea es elaborar modelos de intervención activa desde el conocimiento
frente a las problemáticas sociales de marginalidad y exclusión
urbana y rural como la pobreza, el desempleo y el empleo precario, la
discriminación de todo tipo, la desigualdad educativa, entre
otras.