Comentar,
proteger y enriquecer el patrimonio cultural universitario
puede ser el vehículo de entrada hacia el futuro
para que la sociedad del conocimiento no se exprese en nuestro
país como la sociedad de la ignorancia, de la exclusión,
la intolerancia y la injusticia”, afirmó la
rectora de la UAQ, M. en C. Dolores Cabrera Muñoz,
al hablar en la ceremonia de entrega del Premio Alejandrina
2005, efectuada el miércoles 9 de noviembre en auditorio
Fernando Díaz Ramírez.
La
titular de la Rectoría dijo que los valores inherentes
al legado universitario pueden constituirse en una respuesta
adecuada –las más adecuada y pertinente—a
las políticas que tienden a segmentar el conocimiento
y a los problemas sociales que están generando los
distanciamientos culturales y la falta de integración
soci
Ante
el Secretario de Educación en el Estado, Raymundo
Gómez Ramírez; la benefactora del Premio Alejandrina,
Alejandrina Mondragón Gaitán; el Secretario
de Desarrollo Sustentable, Renato López Otamendi
y la presidenta del Patronato Universitario, Lic. Guadalupe
Ruiz Rubio, entre otras autoridades, la Rectora añadió
que “adiestrar la capacidad del homosapiens ha sido
la función histórica de la Universidad”.
A
los ganadores del Premio Alejandrina – en honor al
visionario ex gobernador queretano Octavio S. Mondragón—
les dijo que su labor contribuye a la transformación
de la Universidad para que pueda dar respuesta a la nuevas
circunstancias y entornos. Dijo que en los tiempos actuales
los hallazgos de los investigadores y creadores alimentan
la esperanza de un mundo más libre, tolerante y justo,
porque su labor constituye un modo de entender la utopía
como esfuerzo.
Asentó
que gracias al trabajo de intelectuales –ahí
distinguidos— la Universidad queretana es reconocida
como parte de una colectividad internacional con gran fuerza
e historia. Añadió que la Universidad como
garante del conocimiento de las tradiciones de la Universidad
ha sido una institución fundamental para promover
y facilitar el progreso social.
Dijo
que ante las condiciones difíciles por las que atraviesa
el país, es necesario reflexionar acerca de las universidades
públicas, ya que su carácter de garantes del
conocimientos y de las tradiciones, también las constituyen
en agentes de ruptura que permite el progreso y la transformación
de las formas de pensamiento.
“La
Universidad constituye una forma tradicional de rompimiento,
de fractura continua que no impide, sino que por el contrario
garantiza la constancia en los avances”, acotó,
al tiempo de afirmar que en el patrimonio cultural, la Universidad
interviene como institución de responsabilidad colectiva
que garantiza el sentido de algunos valores morales, intelectuales
y técnicos, así como la libertad de creencia,
enseñanza y la conservación de la memoria,
enseñan valores aptos para
la vida, para el respeto y convivencia y también
formación de las nuevas generaciones.
Por
último, señaló que los principios de
autonomía académica, la curiosidad intelectual,
la dedicación a la investigación, la publicación
de sus resultados, así como la discusión rigorosa
entre pares han sido las normas de vida y de trabajo de
la comunidad intelectual queretana a la que hoy la Universidad
reconoce a través de tan distinguidos miembros.
Momentos
antes, hizo uso de la palabra el director de Investigación
y Posgrado de la UAQ, Dr. Sergio Quesada Aldana, quien asentó
que la tarea de educar en la Universidad no solo se refiere
a la capacitación para producir, sino también
a la promoción de convicciones individuales necesarias
para que las actividades económicas, políticas
y sociales no olviden sus finalidades humanas.
Detalló
que actualmente se cuenta con 30 patrocinadores para impulsar
la investigación y la creación artística
de nuestro estado. Relató que bajo la instrucción
de la M. en C. Dolores Cabrera Muñoz se le ha dado
continuidad al Premio Alejandrina, lo que ha significado
que tome una identidad particular desde el diseño
de su imagen alusiva hasta el incremento en el número
de participantes, ya que en su rectorado el galardón
recibió 355 participaciones y otorgó un total
de 80 premios a 147 autores, coautores y artistas.
Dijo
que para este año se recibieron un total de 49 trabajos
participantes de diferentes instituciones. Sostuvo que la
parte fundamental del premio es sin duda el jurado que está
integrado por especialistas de la Universidad y de otras
instituciones de educación superior o dedicada a
la investigación, miembros del Sistema Nacional de
Investigadores y representantes de otras instituciones.
En
su oportunidad, el Dr. Hebert Luis Hernández Montiel,
ganador del Primer Lugar en el área Científica
y Tecnológica e investigador de la Facultad de Medicina
de la UAQ, tras agradecer el apoyo de las autoridades universitarias
para la realización de su investigación apuntó
que el premio Alejandrina reconoce y difunde la labor de
los científicos que tanto necesita el país
y propicia que los eventos relacionados con la ciencia sean
difundidos a un mayor número de personas en la comunidad.
En
tanto, el Mtro. Abelardo Rodríguez Macías,
ganador del Primer Lugar en el área de Creación
Artística –en su modalidad de dramaturgia—
dijo que el premio es un estímulo y un reconocimiento
para una actividad cercada en la mayoría de los casos
por dos aros de índoles contrarias, uno de marginalidad
social y precariedad económica, y el otro de cierto
heroísmo y terquedad.
En
la ceremonia, fueron premiados los ganadores de los primeros,
segundos y terceros lugares, quienes recibieron sus estímulos
económicos y reconocimientos, respectivamente, de
manos de la rectora y miembros del presidium.