Semanario
Año 5
No. 203
 

  9 de agosto de 2005

       
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Se exhibe “Signo, objeto... tiempo”, en la Sala Tina Modotti de la UAQ.

  • Con 24 trabajos, Carlos María Flores Riveira simboliza a la fotografía como una nueva forma de pintura.

Con el advenimiento de la fotografía a principio del Siglo XX, la era digital es cada vez más clara en cuanto a la demanda de los productos de la lente porque deja de ser fiel representación de la realidad o la captura del instante, manifestó Grisell Villasana en torno a la exposición titulada “Signo, Objeto...Tiempo”, del artista Carlos María Flores Riveira.

Con el montaje de 24 fotografías exhibidas en la Sala de Exposición Tina Modotti de esta casa de estudios, Carlos María presenta ante los jóvenes universitarios los procesos y connotaciones en cuanto a las texturas de objetos llevados al campo de la experimentación; es decir, lo verdadero e inverosímil que es la fotografía como una nueva forma de pintura.

Ante esta situación, Carlos María Flores manifestó que “el emprender una nueva fotografía tiene que ver con la manera emotiva de representar las imágenes; busco hacer la imagen y la herramienta como elementos íntimos y personales para que los espectadores tengan nuevas alternativas artísticas”.

La fotografía de hoy en día ya no será suficiente en términos de calidad de imagen; el énfasis generalizado sigue siendo en términos de imagen fidedigna o de trucaje inverosímil dejando de lado las premisas que tienen que ver con lo que se encuentra más allá de la piel fotográfica en cuestión de calidad de imagen.

En este caso, es justo la cualidad de la materia en imagen lo que se debate en el trabajo de Carlos María, quizás su formación especial como arquitecto, su sensibilidad ante las atmósferas creadas conceptualmente más que describir objetos o realidades objetivas, reflejan atmósferas casi palpables de luz, textura, color y tiempo.

De esta manera, en voz de Grisell Villasana lo que aparece en las fotografías de Carlos María es lo inminente, porque realiza sus diferentes series fotográficas a partir de los juegos de percepción que traicionan lo lógico-cognitivo; imágenes que se yuxtaponen en nuestro recoveco de memoria y nos imposibilitan la aprensión real de un momento extrañable y, sin embargo, efímero.

Por lo tanto, Signo, Objeto...Tiempo, es lo agudo de la imagen en nuestra mente; es simplemente lo que imaginamos y con ello reside el poder de un recuerdo; es lo definido y totalmente abarcado en la indefinición que cabe en el juego de la esencia.

 

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