Rebeca de Gortari aborda la relación existente entre procesos culturales y tecnología, para ello analiza la colaboración entre la academia y la empresa. Propone que para entender las particularidades espaciales de esta relación, se deben de enfocar los mecanismos de interacción construidos entre los diferentes actores y los sistemas de valores que lo sustentan. Considera pertinente utilizar el enfoque institucional porque allí se expresan las distinciones culturales y las fuerzas sociales internas y externas que precisamente actúan sobre las organizaciones. A su juicio, el desarrollo tecnológico mexicano se ha visto acompañado de cambios en las políticas de ciencia y tecnología y en las dinámicas de la innovación, estas últimas, producto de la creciente participación empresarial en las organizaciones académicas.

Carmen Bueno opera el concepto de confianza para explicar el subsistema de proveeduría y la reconfiguración de la industria automotriz. A partir de un primer acercamiento bibliográfico, concluye que con la confianza sistémica y la personal se pueden comprender cadenas productivas, como la analizada en su estudio. La primera se materializa en contratos, especificaciones del producto, maquinaria importada, auditorías y capacitación, las cuales proveen un “script global”, donde se muestran las ventajas competitivas. La segunda es complementaria y se fundamenta en las relaciones cara a cara, tiene como objetivo la construcción de la reputación de los actores. El artículo proporciona una explicación socio-cultural de la confianza en el encadenamiento productivo.

Marieta L. Baba y Hilary Ratner, desde la psicología social, actualizan la noción de grupo. Proponen explicar, junto con la teoría de sistemas ecológicos, las tareas encomendadas a los grupos y sus éxitos alcanzados. En el artículo se presentan situaciones de equipos de trabajo distribuidos globalmente.
Utilizan la noción de la intersubjetividad para comprender ambos momentos: los procesos de realización de las tareas y los productos o resultados obtenidos. Además, dan cuenta de las interacciones entre los miembros del equipo y de la interacción de los miembros en contextos donde se encuentran fuera como individuos y como grupos.

Tomoko Hamada utiliza las categorías de aprendizaje y sociabilidad para analizar los fenómenos pedagógicos asociados a tecnologías de información. Su propuesta mas bien empírica, resalta la aplicación de un método denominado COLT para desarrollar “alta tecnología” y formación educativa de “alta distinción”. Esto es ejemplificado por medio de un curso vía Internet, que vincula dos universales ubicadas en países distintos (Estados Unidos y Japón). La propuesta considera las dimensiones sociales y culturales de aprendizaje implicando los dominios de transformación esquemática, estructura y agencia, representaciones simbólicas y ubicaciones antropológicas. El autor da cuenta de la diversidad de problemas culturales asociados a las estrategias de investigación y aprendizaje mediadas por el uso del Internet.

Allen Batteu apoyado en “la antropología de civilización industrial” revisa los desastres más significativos ocurridos recientemente. Describe las teorías que actualmente se han interesado por estos temas, tales como la teoría de los accidentes normales de Perrow, la teoría de alta confiabilidad de Eugene Rochlin, la teoría de la tecnología agresiva y la antropología de cultura industrial. El autor piensa que para que un accidente devenga desastre debe de provocar un colapso de orden cultural. El estudio pretende dar a conocer algunos elementos significativos que deben ser investigados como posibilidades para reducir el riesgo y la desestabilización de los desastres industriales. Lo que requiere de avances culturales que puedan mantener el paso junto con los nuevos avances tecnológicos.

Finalmente, Alejandro Pérez Chávez y Carolyn Psenka realizan una relectura del diálogo y circunstancias de los sistemas de conocimientos y supuestos culturales que surgieron en el accidente del vuelo American Airlines 965 en el Valle de Cali, Colombia. Con este caso, aprendemos que un accidente es una construcción de la inconmesurabilidad de las diferentes partes que integran un sistema de aterrizaje y de la incompleta inscripción de la realidad en los panópticos que permiten operar la realidad a distancia. Aquí la polisemia y el déficit de codificación navegacional son sinónimo de inseguridad en el control de un sistema técnico de navegación. El desastre es previsible en tiempo real y con ello, las posibilidades de maniobra se agotan.

Si bien el texto intenta explicar en forma integrada los ámbitos de las nuevas tecnologías y la cultura, los artículos carecen de una profunda reflexión en torno a su vinculación con la actividad científica. Los estudios de casos presentados aún no posibilitan una explicación convincente de las relaciones existentes entre la ciencia, la tecnología y la cultura en estudios de casos particulares, en lo que respecta a una explicación detallada e integrada de tales fenómenos. Desde luego, este es un problema mayor no sólo en los estudios culturales de la ciencia y la tecnología sino de la sociología en general.

En este sentido es factible que las investigaciones etnográficas y etnometodológicas de la cultura tengan como punto de partida el estudio simultáneo de la ciencia y la tecnología. Tratando de puntualizar los procesos de negociación y controversias de credibilidad de sus propios discursos valorativos de su acción y significación cultural, sumándose así al esfuerzo de superar la falsa Dicotomía entre ciencia y tecnología.

Existe un gran acierto en el texto en cuanto a la incorporación de nuevas disciplinas del conocimiento interesadas en los fenómenos tecnológicos y culturales, principalmente la pedagogía, la psicología y la psicología social. Sin embargo, queda por realizar el trabajo de superación de las rupturas epistemológicas que se traducen en el establecimiento de fronteras entre las propias disciplinas que impiden la comprehensión integral y continua del fenómeno tecnocientífico-cultural.

Gracias a la investigación de los autores, el estado del arte de la antropología de la cultura alumbra el conocimiento de las nuevas ciencias y tecnologías de innovación. El paso siguiente consiste en avanzar en los modelos de producción de conocimiento científico, tecnológico en contextos culturales particulares.


BIBLIOGRAFÍA

Bueno, Carmen y Santos Ma. Josefa (Coords.) (2003). “Nuevas tecnologías y cultura”. Anthropos. España/México. IISUNAM. 284 pp.